editorial
reinventarse
Vivimos tiempos de luces y sombras, con el negocio cambiando a cada momento.
Hoy estamos con todas las luces de la primavera, brota el emisivo, se prepara la FIT, se aprestan los cruceros,
llegan las consultas por la temporada y la expectativa de bonanza se pone a tope.
Ayer las oscuras sombras de las 50 cuotas de despegar.com y el "inminente"
ingreso de una cadena de supermercados nos presagiaban el apocalipsis.
Entre tanto el público, ávido de nuevas experiencias, cambia de hábitos y
busca en lugares hasta hace poco insospechados o que directamente no existían.
Hoy más que nunca se requiere de la inventiva y de la imaginación que tan buenos resultados
dio en este negocio. Mirarlo desde otro ángulo, animarnos a cambiar el modelo,
volver a liderar la demanda. Dejar se ser espectadores para volver a ser actores.
Es cierto que salirse de la comodidad no es fácil, produce cr¡sis.
A principios del siglo pasado, Albert Einstein, también en una situación de crisis dijo
las siguientes sabias y acertadas reflexiones:
"No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura.
Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.
Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y sus penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El problema de las personas y los países es la pereza para encontrar salidas y soluciones.
Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía.
Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque en crisis todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.
En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."
Albert Einstein